La práctica del teatro es fundamental para el desarrollo de la creatividad y la libre expresión, y permite a los niños/as potenciar y mantener actitudes innatas en ellos, como la espontaneidad, improvisación, receptividad…
Además, mediante la dramatización, el/la niño/a puede solventar conflictos internos, lo que constituye un factor importante en el proceso de socialización.
Trabajaremos la sensorialidad, en concreto la desinhibición, los juegos de percepción y la memoria sensorial.
Nos centraremos en el juego dramático, basándonos en la expresión corporal, los juegos escénicos y la improvisación.
Trabajaremos el cuento, mediante improvisaciones colectivas, los ejercicios de fantasía, las marionetas, el montaje y la representación escénica.