Descubre cómo de interesantes pueden ser los talleres de robótica para los niños y exprime el lado científico y tecnológico que llevan dentro. ¿Podría ser más divertido?
Cuando nuestro objetivo es el de planificar distintas actividades para los niños una de nuestras prioridades es que, además de tratar de que sean entretenidas, puedan ser educativas y de gran incentivo para los niños. Una misión difícil de alcanzar, o tal vez no tanto si acudimos al territorio hacia donde todo niño siente un especial interés: las nuevas tecnologías.
Los talleres de robótica son cada vez más tendencia. Quien hoy en día no lo ha puesto en práctica en las aulas o fuera de ellas es porque probablemente desconoce todas sus ventajas y posibilidades.
Los talleres de robótica para niños, ¿cómo son?
Empecemos aclarando en qué consisten estos talleres.
Aunque hay distintos tipos de actividades que engloban a estos talleres, en función del tiempo del que disponemos y, sobre todo, de la edad del grupo; los talleres de robótica siguen aproximadamente el siguiente esquema.
En resumidas cuentas, existe una parte de programación y construcción y otra parte de ensayo y error haciendo que un robot cobre vida independiente (e incluso que tenga una utilidad). Para ello, los niños tienen que desarrollar las órdenes precisas para que resuelvan el nuevo reto de manera autónoma.
Por otra parte, los talleres de robótica explotan la valiosa técnica educativa de “aprender jugando”. Es decir, durante el proceso de desarrollo lo más importante es introducir un componente de juego para motivar a los niños, pues siempre habrá que ayudarlos.
¿Qué obtienen ellos a cambio?
Al final del taller la gran recompensa, además de haber disfrutado de una bonita experiencia, es la de poder jugar con lo creado. ¡La parte preferida de todos!
Los beneficios que los talleres de robótica aportan siempre a los niños
El mercado laboral está cambiando y demanda una educación diferente en la que se potencie el desarrollo creativo y el pensamiento crítico. Al pensar en las relaciones entre los sensores y motores de los robots, ayudamos a crear un pensamiento inductivo y deductivo, lo que, al mismo tiempo, hará que el alumno entienda la utilidad de los conocimientos adquiridos en matemáticas o física.
Por tanto, plantear este tipo de actividades es una forma de enseñanza complementaria que sustituye el clásico método que premia en función de la capacidad de memoria. En su lugar, la robótica en los niños supone un tipo de educación basada en la superación diaria de retos y proyectos que ponen en práctica las capacidades de los niños mediante un aprendizaje crítico, que despierta la curiosidad innata con la que nacemos todos y la motivación para solucionar problemas.
Concretamente, gracias a los talleres de robótica, los niños:
- Aprenden a resolver nuevos retos mientras juegan.
- Aprenden a colaborar y a ayudarse unos a otros. No todos los niños son buenos en las mismas materias, por tanto, al ser una actividad que aglomera varias de ellas, lo mejor es el trabajo en equipo.
- Respetan el orden del juego para que todos participen en el resultado del robot.
- Se fomenta una ilimitada creatividad.
- Se trabaja la lógica, las habilidades motrices y cognitivas, el razonamiento, la resolución de problemas. Aprenden conceptos como velocidad y trayectoria de física, de mecánica y programación.
- Descubren nuevas habilidades que ni siquiera suelen sospechar que pueden tener: ¡Aparecen nuevos talentos!
- Se asientan las bases del pensamiento científico: futuros ingenieros, programadores, científicos… Todo el mundo de la robótica despierta una gran curiosidad, por lo que es una útil herramienta para la educación en ciencias e ingeniería. Ningún niño querrá ser un futuro ingeniero si no se trabaja su comprensión sobre la tecnología o no se despierta su interés al respecto.
Así, el alumno, lejos de ser un oyente aburrido en la monotonía de sus clases, pasa a ser el protagonista de un juego de construcción.
Los talleres de robótica y el concepto de enseñanza STEAM
Actualmente, el término STEAM ha sufrido un gran auge en el ámbito de la educación, y cada vez podemos encontrar más programas educativos que lo aplican, como es el caso de los talleres de robótica.
El método STEAM garantiza el desarrollo de un conocimiento transversal, donde no se trabajan de forma aislada los contenidos, sino que se trabaja mediante una forma interdisciplinar. Ayudando así a una mejora de la retención y aplicación de los mismos. Las siglas STEAM provienen de ciencias, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas (en inglés)
Este enfoque incluye en su planteamiento la idea del “hazlo tú mismo”. La manipulación de objetos o creación de robots (como en el caso de la robótica) donde se apliquen los conocimientos adquiridos, es la mejor forma para facilitar la comprensión activa del funcionamiento de los principios estudiados.
De esta forma, con el STEAM, los niños y niñas aprenden creando y poniendo en práctica los conocimientos teóricos impartidos previamente.